Sumergirse en el naufragio

Merced Fantasía de la tercera edad: nos han concentrado en un campo de reposo para los caducos. En mitad de un páramo cualquiera un acantonamiento con alambre de espino y edificios prefabricados de bajo costo y el color del polvo apesta a vergüenza e incontinencia sin remedio, ropa idéntica de papel desechable, raciones idénticas de comida con saborizantes químicos Muerte por turnos, mediante gas, hipodérmicas a diario para neutralizar la desesperación Así imagino mi mundo en mi septuagésimo año de vida y al otro lado de la alambrada un canje sin ton ni son de la conciencia por la ausencia de dolor. Esto es a lo que llamaremos vida. Fue apenas el verano pasado cuando me quemé los pies en la arena de aquel valle trazado por la corriente del frío, raudo río Merced, regado de saltos de blanco Cuando nadaba, me dolía el cuerpo de honesto frío, cuando flotaba de espaldas los arrendajos aleteaban de pino en pino y la sombra se desplazaba hora tras hora a través de El Capitán Nuestro vino se ...